viernes, 29 de enero de 2016

Asfalto de Linfa (Cali)

Con una aturdida infusión de sentimientos arrepentidos enfocadas en un borde de camas ligadas a un depredador, belcebú poseído por fuego, fuego dominado por sensaciones femeninas paganas, recobrar pureza es inviable, ruinas de niñez y paradigmas sociales, cadencias apresuradas y veloces , enrejados de guarapo, florales azules y morados ardiendo en inundación, matando cerdos de dos patas, frutos perdidos en nuestra nación  que revolotean por las manos negras del pavimento, donde las aguas del cauca limpian las pieles indigentes de la ciudad, y a su vez ventilaban los cabellos de los pecadores en castigo, constituidos por su ley, ley de mugre, vandalismo, cartón, sangre, acero y todo esto bañado en jabón de sol quemante que azotaba las paredes de la sucursal militante, vertientes en pupilas de luz, miradas aterrorizadas de sus pensamientos, peatones temerosos de si mismos, bebidas amarillas cobrizas que acompañaban solos de guitarras demoledoras,  asesinos del origen que reflexionaban en cada muerte de sus ideas, somos la mancha de lo pulcro, somos el sueño que despierta, y el temor que  reposa, somos el calibre que se carga y la confusión que domina.

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