Cosiste, mi pecho con puntadas oxidadas de
pasión, mi experiencia se disfraza de ingenuidad, ámame, muy
despacio, congela el tiempo para mi, congelado, con un calor infernal, quiero
que tu frió me queme, y tu calor me refresque, no me sometas a liberarme,
atraparme seria preciso, en un torrente sanguíneo de ácido sulfúrico,
mortal, tan mortal como tus labios, tan caótico como una llamarada azul, que
tiende a explotar si no la apagan, propagar mis deseos no es mas que dejar que
mi lengua hable por mi, en la opaco oscuro de tus rincones, propón besarme,
dame pie a domarte, ten la iniciativa de mirarme, encuentra te con mis ojos, no
dejes de observarme, calma tus respiraciones apresuradas en mi pecho, fosiliza
tu sudor en ese paño que será mi piel, evapora tus manos en mi, !no me calmes!
ya no deseo eso, mas bien enciende me, sorprenderme con las cortadas
fúnebres de tus caricias, apresúrate, que la mañana se torna fría, y el tiempo
de nuevo toma su ritmo, los pozos de tus pupilas lucen abandonados, esa mirada
vacía, me hace recordar la duda, y la
duda a su vez me hace creer, una contradicción hermosa, para alguien un yo, que
disfraza mi experiencia principiante, con una ingeniada y macabra mente
dispuesta a entregarle, cada poro, a usted, ese alguien cercano y tan distante, "ese alguien que
no existe, pero se amarra difuso a las arterias enfermas de esta poeta loca,
aprisionada y deseosa de nada y de todo".