domingo, 20 de diciembre de 2015

Crónicas de Fomoré (2)

Definitivamente  es una escoria de vida la que llevo puesta. Mis anhelos se extinguen como cenizas de cualquier cigarro barato, soy hija del error, me bautizaron en nombre de la decepción, mi  realidad me da repudio, y mis fantasías son basura, me arrastro entre las oportunidades vanas de la necesidad y el compromiso, me baño en una miseria a temperatura ambiente cada mañana, me pavoneo con personas que no son mas que entes corporales, con la materia gris desecha, y las preguntas impertinentes perfumadas en una ignorancia mas grande que mis penas.
Ya me acostumbré a tener la vista nublada, pues las lagrimas se convirtieron en algo  permanente, el dolor en los huesos asciende por tanta injusticia, mi cansancio no lo notan, al contrario me exigen tanto que en cualquier momento me voy a partir pues mi frágiles pies no toleran tanto peso, ya no tengo una respuesta ante todo, la cronología de mis días solo son hormonas de crecimiento para la bestia ladina que se  come el reflejo de la miserable  que se postra frente al espejo.