jueves, 2 de junio de 2016

Freyja (Segunda Parte)

El le parafraseo al oído mil frases, la encontró en sus sueños en una banca, y la mortifico en realidades, le perdió el rastro tras un par de encuentros…  De nuevo la encontró renaciendo entre colillas de cigarrillo, y una cama de whisky. Su lengua empujo al oído de la joven el siguiente poema:- “Déjame anclar mi averiada barca en la atarazana de tus brazos y que tus manos reconstruyan la embarcación de mis sentimientos. Déjame embriagarme en la profundidad de tus aguas y sumergirme entre las olas de tus deseos para saciar la sed y mi apetito apasionado. Mucha agua fue vertida desde el día que las sabanas fueran un pigmento, un matiz, una sombra, un elemento, una huella que a tu esencia trascendía. Quede en ti, confinado en mi almohada, con las horas rumiando tus parajes, cual playa que a las olas dan hospicio. Mi razón va sedada en madrugada cuando evoco tu céfiro en mis viajes, dormido, cual bajel en precipicio. Ahondar en tu cuerpo es un viaje, una travesía, un riesgo que quiero volver a correr, quiero verte, saber cómo estás, sentir el olor de tu piel y arrastrarte de nuevo a mí.”
A lo que la alicorada mujer  respondió:
 -¿Por que no estas aquí  ahora?  ¡Porque! Si siento el aroma de tu sudor secándose en mis senos, tus labios colorados de tantos besos, esos ojos dormidos que me alteran las entrañas que me encienden la lujuria de una manera que no  imagina, esa espontaneidad que eres que simplemente me hace quererte tener sujeto a mi, que me fumes y me consumas hasta el cansancio,  que te aferres a mi clavícula con tus dientes, y cures heridas con tu lengua, que seamos víctimas de la música, que atentemos contra el otro, que me tomes con fuerza y me sostengas con tu mirada, hazlo con tu hambre, flota entre mis suspiros y deja me entrometo en tu excitación. Como una horda caníbal se desato el amor, descanse  y halle la paz en el sueño, un evento que nunca había sido. Despertar y darme cuenta que solo recargábamos deseos de seguir perdidos en la piel del otro, donde la ropa estorbaba, y la seducción nos manipulaba, yo te sentí tan mío, como mi cuerpo mismo. Esos besos eran mas que eso, eran el primer acercamiento de mi ser hablándote y contándote todo lo que te había esperado, no fue solo contacto y temperaturas a punta de fricción, fue cadencia entallada en amor libre... te sentí mío,  y mi cuerpo te reclama.
Ella dejo de mirarlo prendió otro cigarrillo, y prosiguió: -Siendo pobres de conformismo, tratamos de encajar el uno con el otro, formando un ambiente de sugestión y deseo, traspasaban las sábanas el hambre y el coraje, llegando por momentos a tocar el techo en la búsqueda de sí mismo en el otro...-Paro un momento, bebió un sorbo de whisky y completo : -Yo te sentía, en mi sangre, recorriendo cada trazo de mi cuerpo y estallando con furia en tan sólo un beso, devolviéndome el aliento que quitaste con tu presencia, acariciaba tus labios y moría por tenerlos, en mí. ¿Acaso creías que solo tú me extrañabas?...
El sujetó su mano, la miro a los ojos, mientras ella buscaba sus pupilas y sostenía las aguas en su iris - He sido tuyo, tan tuyo como mío. He perdido la cuenta de las horas en las que te he pensado, en tan poco tiempo, el mundo se ve bañado de deseo, de tus palabras, de tu poesía, de tus piernas y del dulce sabor que aún tengo en mis labios. Así que no entrañemos el tiempo ni la distancia, porque pronto coincidiremos en el mismo espacio, en el mismo momento; y sabrán tus labios sincronizarse con los míos, danzando al paso de la canción que tú decidas. Será furia, será silencio, pero sabremos qué ritmo escoger, según lo decida el tiempo.
Nuestro tiempo será ordenado por nuestros deseos, cuando ellos quieran nos guiaran a nuestro encuentro, donde solo seremos verdades encontrándose.
Ella sonrió, - Haces de esto un laberinto que quiero atravesar. –El se acerco a su cuello y le susurro, - ¡Encontrémonos y perdámonos!

(...)