jueves, 10 de diciembre de 2015

Alevosía

Vos con  tu poder autónomo, vos con tus putas rabias, con tus sabias trabas, con tus obstáculos elevados, vos vida, vos muerte. Me borras el rastro de una mujer afrodita, vos que me dejabas poseer  un rastro de rosas de sensualidad y en mi piel una tierra de exquisitez, pero ahora, me miro, y me rio, a lo que lloro, y lloro a lo que rio, pues no esta mas que presente las cenizas que ya se convierten en una maleza tan común, me rodeo de tanta saliva de ignorancia, y esas mismas me lamen, contagiándome y bañándome en ello. La poeta carmesí, ya no exhibe su clavícula como una joya a lucir, sino como las sombras raspantes de su existencia, sus ojos cafés ahora se cubren de miedo, y la rodea una capa roja de sangre que le apaga cada vez la mirada, los cabellos desteñidos, los huesos vestidos con un toldillo de piel, me asusta, me atemoriza,  me avergüenza, me matas puta vida. Un abono tendría un proceso químico mejor elaborado  que esto, un estiércol tendría mejor nombre, pero para que perfumar una ramada de mierda.