lunes, 13 de octubre de 2014

Histeria (Segunda Parte)

Cuando el deseo es mutuo, los cuerpos solo piensan en canibalizarse, no miden la razón, ni los limites mas bien  solo el consumismo que los atrofia, imaginemos que el, es un filtro de cigarro, ella una fumadora activa, el tabaco del que el hace parte no es mas que su esencia, ella debe jugar con su sensualidad, para encender la llama y así liberar el humo de la pasión, ese humo que se puede desviar si ella no aprovecha su posición, se confunde ligeramente el roce de su piel, es casi tan bello como el mismo universo, el mar, la brisa, lo áspero de la arena, lo verde de las hojas, los colores temporales que se desprenden en el cielo después de una  lluvia ligera, la tinta que se derrama en un papel, efectos cítricos y dulces a punto de ebullición, que denotan el poder de lo que es la mujer en si, todos habitamos en una, por nueve meses, y por toda la vida, hasta que dejemos de consumir aire, y el mismo tabaco (esencia) de otros, unos inspirados por el amor, otros por el libertinaje, otros por cualquier otro motivo, desprenderse de si, para alimentarse de otro, y retroalimentar su alma.
Pero el tema en cuestión es que ella no sabe el poder que posee, y el en su mente atormentado y confundido  con su único objetivo, amo a una mujer, la observa inquieto y le dice -"a mi me inspira tu ser, se que eres fuego"... yo deseo encender nuestro fuego no te imaginas cuanto...

pasar mis dedos por tus piernas mientras mis  labios buscan lo más sensible de tu cuello mientras nuestros abdómenes se rozan  sin miedo a la desnudez tu boca y mi pecho.... tu pecho y mi boca... mi lengua en tu cuerpo, dibujando sublime mente las notas de candencia, y fragilidad mientras las cuerdas vocales se manifiestan en pequeños ahogos de placer y todo lo que conocemos del mundo en reduce en nuestros cuerpos unidos y movimientos que nos rasgan el pensamiento  mientras que mezclados, y fusionados en uno, no nos permite diferenciarnos lo cual nos aprisiona a volar mas lejos nuestros labios devoran la piel del otro... exhaustos.. y excitados nada más nos importa al fin y al cabo la brevedad del momento perdurara mucho mas...

Diario De Un Amante Loco (2)

...Ella una dulce mujer, tan delicada como seda y a su vez tan fuerte como un roble, sin saber era la culpable de la desdicha de aquel ente maldito que la asechaba desde las profundas sombras que habitaban el lugar. Ella sólo acompañada de un jarro de vino, disfrutaba su visita al lugar, pero hubo algo que inquieto su mirada que la hizo entrar en pánico, pero para no armar alboroto, decidió no decir nada e investigar por si misma, fue ahí que que se acerco al lugar dónde sintió que la asechaban, pero por fortuna quizá, no había nada... -Estoy muy ebria' pensó, y decidió irse a su mesa de nuevo, aquel ente se las arreglo para cambiar de lugar sin que se diera cuenta, él aún la observaba sin intención maligna, sólo era feliz de contemplar su belleza, creía ser muy extraño para entablar una conversación con aquella dama encantadora. Intentaba llenar de confianza su cobarde mente, pero era ineficaz, Se sentía frustrado por no poderlo hacer, que tomaba vestigios de su piel y tener su aroma.
ella emanaba una especie de paz la cual solo inspiraba aquel espía, que la admiraba con inefable ternura, era sorprendente mente armonioso el solo y sagaz hecho de contemplar su inspiración tan solo con la vista,  en su mente el pensaba tan solo, voy por ti, algún día te convertirás, en mi ser, mi fuerza, mi alma, mi misma esencia, a profundidad del sueño el miedo te contempla mientras espero arraigado al dolor tu llegada, la desesperación es el primer signo de duda, me pregunto si lo que siento, lo que presiento es real, o si es mas bien una fabricación inerte de mis deseos...

                  " Me pregunto innumerables, si en algún efímero momento se aclarara mi mente"...


                                                                                          (Contribución por Cesar Osorio)