Como puedo sentirme acompañado
desde esta soledad tan penumbrosa, mi visión se nubla, soy repetitivo, me
estrello con facilidad, a veces alejarme de todo suena mas sencillo, pero
llegan a mi esos labios tóxicos, esos que me consumen la vida y me aprietan la
muerte, los tendones se encojen al escribir se oxida mi sangre, vivo tras unos
ojos ciegos, ocultando la miserablesa de mi ser tras unos lentes de pavimento,
mientras ella se revolotea y se perfuma con mis sueños, sueños que un día le
dedique, sueños que nos prometimos juntos y termine batallando solo, como un
guerrero traicionado, concluí admirando a millones de luceros que me acobijaban
las lagrimas noche tras noche, he bailado un montón de canciones solo, pues tan
solo la brisa me hace compañía en ciertos momentos, me atajas de repente y caigo ante tus curvas
formadas a pulso de jazz, llegas con tus cabellos saborizados a caribe, con la
piel húmeda de café, con un iris disfrazado de tabaco, unos labios mentirosos,
con una voz de demonio célico, con un par de atributos moldeados por manos
condenadas. A lo que termino de contemplar la perdición que me representas ya
es tarde, pues ya he caído de lleno en tus parajes opacos, tendiéndome paraísos y cerrándome paso
en tus senderos, haciéndome sentir la escoria de tus misteriosos cuentos, haces
que me revuelque en el fango al que tanto le huyo, de nuevo te preparas para
salir disparada como águila tras presa, sabiendo que regresaras cuando calmes
el hambre y los sabores caseros te hagan falta, cuando yo como sobras sea lo único
sobre tu mesón, se que regresara con
esos ojos dormidos, también se que con
gusto lameré el suelo hasta posarme en el puente de sus piernas, como mendigo,
como un necesitado de amor falso, de ese amor con que ella me castiga, y me
censura de toda vida afortunada.