sábado, 7 de enero de 2017

Escala de Grises (Parte l)

Dormir, despertar, comer, tener la ansiedad todo el día, vivir mirando los colores como si no los conociera, estallar en grises y gotear fantasías, ya van casi cuatrocientos días luchando, raspándome las manos con mi sentimentalismo azul, amo los ojos cafés de un cuerpo que me protege, el me cuida y me embarrota, hoy es un día de nicotina, pero “Tengo la sensación de que hay algo en el viento”…

La tragedia se vino canalizada en tinta, una carta estaba en mi puerta esta mañana, destape el sobre con miedo, con el cosquilleo nervioso, y me impaciente hasta que vi su letra triste desmallándose en el papel amarillento y húmedo, la melancolía contorneaba sus trazos, mi agudo conocimiento sobre el me hacia entender su mensaje sin si quiera leerlo.

Viernes de alguna semana que no recuerdo.
En algún rincón descompuesto de la calle de un pueblo que no conozco…

¿Por qué se dejó arrancar las hojas? ¡Un universo palpitante, se pudre cuando se encarcela! Usted me ha dado las mejores palabras de mi vida en tan poquitas frases, me hace sentir inmenso. Cuanto me duele haber creado discordias, aun frecuento a constantes y diversas amantes, pero esa sensación de escribir y sentirse vivo por usted es inigualable.

Sufro de apnea desde hace mucho pues la ausencia de sus calores me ha hecho un mal terrible, visito constantemente el estanque del recuerdo, donde entre sollozos solo reclamo tu perdida, lamento no notar tus cambios y el sacrificio que tenías en vida estando conmigo, no comprender tu naturaleza destructiva y desperdiciar el poder curativo de tu lágrimas.

te mareabas entre la neblina, y aún recuerdo la única vez que viste el mar tus ojos se pusieron como diamantes al reflejar las olas, el frio te quemaba pero lo disfrutabas, verte era entrar a pie por el universo, quise ser un astronauta para recorrer tus planetas e intentar entenderte,  tenías la sensibilidad y el amor encarnado por la vida, navegue por nubes amarillas, pase por tu soles y  me asusto la temperatura, todos te vieron como un ángel del caos, y yo como el eco molesto de mis días, tu luz empezó a fastidiare, y mis metas cambiaron al ver que no podía con tu cabello cerezo revoloteando todo el tiempo, te quise encerrada porque mi amor era enfermizo, me gustaba mantenerte  callada por que pretendía robarme hasta tu voz, y tu gemidos dolorosos me generaban gusto,  te aruñe el vapor y te moretee los sueños.

Me tarde mucho tiempo en compactar mi furia, y entender que tu objetivo era protegerme cuando yo creía ser tu cuidador, lo confundí con domador mi sirena hermosa…


Siempre te creí perversa, pero lo cierto era que tu belleza era oscura y tosca, te creí dañina pero tu dulce al principio era amargo, te extrañaron mis ojos y te pido perdón por sofocarte, me sentí cómodo con tu sufrimiento, y no voltee a mirarte mientras te deplorabas, preferí botarte y dejarte a tu suerte creyendo que tu fuerza podría con todo. Te envolví en una armadura de carne y te lance a los perros, cuando solo deseabas pasearte desnuda por un sendero feliz, eras la mujer negra con sueños de arcoíris, hoy después de tanto ya pudriéndome en fangos desemboco todo lo que fui, para que tu corazón rosado excuse esta porquería andante (…)