martes, 10 de enero de 2017

Azazel (ll Parte)

Necesito de inspiración real y palpable para volar, pero cuando mis vestidos se despercuden, la fantasía revive en mí todas mis pasiones.

Es cómico ver como mis vellos se transforman en cactus  al evocarte, ser digna de tu admiración es un gusto sensitivo, difícil de reproducir en palabras, haz hecho mis noches más oscuras pero con un sentido inmenso, haz hecho que mis habladurías sean escuchadas. Tú con la altitud prominente, altitud que refleja el tamaño de esa sencillez clara, con una entretela que me asombra, llevas dos cuevas por ojeras, con una manta de leche que se enrojece al sol, cósmico y nostálgico, mi perdición más hermosa seria navegar por las aguas marrones de tus ocelos,  no quiero admirarte ni desearte, son dos cosas que conviven en las sombras, sombras que exploras con felicidad, intentando perderte de la luz.


Pero aun así deambulas por mis estrellas mientras duermo, aterrizas en mis bahías como un cazador furtivo, tu llamado siempre será escuchado, por que tus notas musicales me guían sin remedio, somos señas ciegas,  palabras voladoras, afanados por el arte, soy como un demonio enamorado, danzo alrededor tuyo todo el tiempo pero me es imposible tocarte, mi culto de ilusión terminara por decepcionarte, no me conoces pero habito en ti todo el tiempo, porque te has inyectado como azúcar en mi cerebro, el deseo de escucharte sin intermitentes de cobre es mucho, vivo en aires, pero con los pies en baldosa.