martes, 21 de junio de 2016

Cefiro

Como puedo sentirme acompañado desde esta soledad tan penumbrosa, mi visión se nubla, soy repetitivo, me estrello con facilidad, a veces alejarme de todo suena mas sencillo, pero llegan a mi esos labios tóxicos, esos que me consumen la vida y me aprietan la muerte, los tendones se encojen al escribir se oxida mi sangre, vivo tras unos ojos ciegos, ocultando la miserablesa de mi ser tras unos lentes de pavimento, mientras ella se revolotea y se perfuma con mis sueños, sueños que un día le dedique, sueños que nos prometimos juntos y termine batallando solo, como un guerrero traicionado, concluí admirando a millones de luceros que me acobijaban las lagrimas noche tras noche, he bailado un montón de canciones solo, pues tan solo la brisa me hace compañía en ciertos momentos,  me atajas de repente y caigo ante tus curvas formadas a pulso de jazz, llegas con tus cabellos saborizados a caribe, con la piel húmeda de café, con un iris disfrazado de tabaco, unos labios mentirosos, con una voz de demonio célico, con un par de atributos moldeados por manos condenadas. A lo que termino de contemplar la perdición que me representas ya es tarde, pues ya he caído de lleno en tus parajes  opacos, tendiéndome paraísos y cerrándome paso en tus senderos, haciéndome sentir la escoria de tus misteriosos cuentos, haces que me revuelque en el fango al que tanto le huyo, de nuevo te preparas para salir disparada como águila tras presa, sabiendo que regresaras cuando calmes el hambre y los sabores caseros te hagan falta, cuando yo como sobras sea lo único sobre tu mesón,  se que regresara con esos ojos dormidos, también  se que con gusto lameré el suelo hasta posarme en el puente de sus piernas, como mendigo, como un necesitado de amor falso, de ese amor con que ella me castiga, y me censura de toda vida afortunada. 

domingo, 12 de junio de 2016

Crónicas de Fomoré (3)

Esa ahí donde el viaje comienza, no quiero frenar de nuevo,  pero los obstáculos a veces me atropellan y me dejan quebraduras gigantescas, las visiones se nublan y es un absurdo pensar que todo mejorara, los sueños cargados de adrenalina se destiñen, y los días maravillosos son mas escasos, ¿acaso no vez que nos estamos desvaneciendo? siempre que te nombro es cuando estoy de nuevo en la orilla de todo, cuando mi corazón arde por el  vacío, ese que no se llena con nada, y apenas hallo cura esta es  momentánea.
A veces quisiera dormir mis pupilas, regresar donde todo estallaba de satisfacción, todo es tan simple y la humanidad lo complica con un pisado rápido y tenaz, que lastima por completo. Es aun mas difícil cuando el dolor se palpa en todo el cuerpo, donde erizarse y  sollozar  se vuelve tu vivir, donde la hilaridad es fugaz, donde se juntan pedazos de personas, donde usted y yo nos encontramos hoy. Coexistiendo entre un montón de anónimos semejantes a nosotros, viviendo bajo cubículos de asfalto, inyectándose pixeles hasta el éxtasis,  momificados por el mundo que se los esta engullendo.


La gente no se detiene a observar, hay mucha frialdad en el alma del mundo
                                                    -Juan David Ocampo-


jueves, 2 de junio de 2016

Freyja (Segunda Parte)

El le parafraseo al oído mil frases, la encontró en sus sueños en una banca, y la mortifico en realidades, le perdió el rastro tras un par de encuentros…  De nuevo la encontró renaciendo entre colillas de cigarrillo, y una cama de whisky. Su lengua empujo al oído de la joven el siguiente poema:- “Déjame anclar mi averiada barca en la atarazana de tus brazos y que tus manos reconstruyan la embarcación de mis sentimientos. Déjame embriagarme en la profundidad de tus aguas y sumergirme entre las olas de tus deseos para saciar la sed y mi apetito apasionado. Mucha agua fue vertida desde el día que las sabanas fueran un pigmento, un matiz, una sombra, un elemento, una huella que a tu esencia trascendía. Quede en ti, confinado en mi almohada, con las horas rumiando tus parajes, cual playa que a las olas dan hospicio. Mi razón va sedada en madrugada cuando evoco tu céfiro en mis viajes, dormido, cual bajel en precipicio. Ahondar en tu cuerpo es un viaje, una travesía, un riesgo que quiero volver a correr, quiero verte, saber cómo estás, sentir el olor de tu piel y arrastrarte de nuevo a mí.”
A lo que la alicorada mujer  respondió:
 -¿Por que no estas aquí  ahora?  ¡Porque! Si siento el aroma de tu sudor secándose en mis senos, tus labios colorados de tantos besos, esos ojos dormidos que me alteran las entrañas que me encienden la lujuria de una manera que no  imagina, esa espontaneidad que eres que simplemente me hace quererte tener sujeto a mi, que me fumes y me consumas hasta el cansancio,  que te aferres a mi clavícula con tus dientes, y cures heridas con tu lengua, que seamos víctimas de la música, que atentemos contra el otro, que me tomes con fuerza y me sostengas con tu mirada, hazlo con tu hambre, flota entre mis suspiros y deja me entrometo en tu excitación. Como una horda caníbal se desato el amor, descanse  y halle la paz en el sueño, un evento que nunca había sido. Despertar y darme cuenta que solo recargábamos deseos de seguir perdidos en la piel del otro, donde la ropa estorbaba, y la seducción nos manipulaba, yo te sentí tan mío, como mi cuerpo mismo. Esos besos eran mas que eso, eran el primer acercamiento de mi ser hablándote y contándote todo lo que te había esperado, no fue solo contacto y temperaturas a punta de fricción, fue cadencia entallada en amor libre... te sentí mío,  y mi cuerpo te reclama.
Ella dejo de mirarlo prendió otro cigarrillo, y prosiguió: -Siendo pobres de conformismo, tratamos de encajar el uno con el otro, formando un ambiente de sugestión y deseo, traspasaban las sábanas el hambre y el coraje, llegando por momentos a tocar el techo en la búsqueda de sí mismo en el otro...-Paro un momento, bebió un sorbo de whisky y completo : -Yo te sentía, en mi sangre, recorriendo cada trazo de mi cuerpo y estallando con furia en tan sólo un beso, devolviéndome el aliento que quitaste con tu presencia, acariciaba tus labios y moría por tenerlos, en mí. ¿Acaso creías que solo tú me extrañabas?...
El sujetó su mano, la miro a los ojos, mientras ella buscaba sus pupilas y sostenía las aguas en su iris - He sido tuyo, tan tuyo como mío. He perdido la cuenta de las horas en las que te he pensado, en tan poco tiempo, el mundo se ve bañado de deseo, de tus palabras, de tu poesía, de tus piernas y del dulce sabor que aún tengo en mis labios. Así que no entrañemos el tiempo ni la distancia, porque pronto coincidiremos en el mismo espacio, en el mismo momento; y sabrán tus labios sincronizarse con los míos, danzando al paso de la canción que tú decidas. Será furia, será silencio, pero sabremos qué ritmo escoger, según lo decida el tiempo.
Nuestro tiempo será ordenado por nuestros deseos, cuando ellos quieran nos guiaran a nuestro encuentro, donde solo seremos verdades encontrándose.
Ella sonrió, - Haces de esto un laberinto que quiero atravesar. –El se acerco a su cuello y le susurro, - ¡Encontrémonos y perdámonos!

(...)