-Me marchare, dijo el mirando el reloj, no puedo mas,
Ella bloqueándole la salida le recito-¿Por que me destiñes los sueños
justo ahora?, ¿porque me aceleras la realidad?, ¿por que?, solo eso pido, una
verdad autentica… un perfume de otoño en una envase de invierto, cúbreme con
esa mortal verdad que conoces, mis flores se caen, ¿Por qué me las quito? Por
que ya te marchas, se que las necesitas, pues ya alguien mas se las has
prometido, una promesa me hiciste hace años ¿recuerdas? bajo el cielo
trasparente hecho de vidrio, en aquel teatro
– no recuerdo ningún teatro respondió el intentando
abrir la puerta
-¿no? ¿No lo recuerdas? Le dijo minerva mientras se le
enlagunaban los ojos, no me mires así ¡no estoy demente ¡ -parece que lo
estuvieras exclamo el -yo se que he cambiado, dijo ella impotente y
triste mi piel esta arrugada, mis manos también, me duelen los huesos y
mis ojos están entrecerrados pero es culpa de mis parpados que se dejaron
empujar por el cansancio de cronos, mis cabellos ya no son oscuros, el invierno
se encargo de teñirlos, mis ojos se dejaron enredar por una flecha de fuego,
pero siguen aquí cubiertos, pero en llamas, aun se sorprenden al verte, aun se
bañan en aguas al ver tu dolor, aun se enamoran como el día de aquel
teatro, con cielo de cristal, ¿lo recuerdas? Solo deseo que lo recuerdes
–minerva no recuerdo nada apártate se me hace tarde
-llevaba un vestido negro, insistió ella, bien oscuro para no desentonar
con la multitud de aquella noche, te busque entre los desconocidos, y al final
te localice me acerque y te abrase por la espalda, y giraste sorprendido, fue
cuando al fin me miraste a los ojos, fue la primera vez que me viste, se que
tus pupilas se iluminaron, se que te enamoraste, ¡yo lo hice¡ tan solo con
verte, por favor recuérdalo, no estoy demente, el techo era de cristal, las
estrellas estaban al otro lado…
-la…la verdad si recuerdo ese día, y que hermosa
estabas, pero eso no tiene caso ahora acepto el mirando hacia el suelo de
baldosas -pero claro que lo tiene respondió ella sarcástica
-¿Por qué? ¿Que quieres?
-quiero que te enamores de mi otra vez…
-eso es imposible
-¿ya no me amas?
-te amo mas que a nada
Ella abrió la puerta que estuvo cubriendo un largo
rato, y le tendió paso para que el saliera, el tomo la maleta de cuero y
atravesó la puerta ella lo observaba desde adentro de la casa con ternura y el
amor a flor de piel, el no entendía como le hacia tanto daño ver que ella
estaba desarmada, y mas impotente que nunca, volteo a ver y ella seguía allí
parada sobre las fronteras invisibles de la puerta, el retrocedió hasta
el marco de la misma y le pregunto
-¿que fue lo que te prometí ese día?
Ella bajo la cabeza, y las lagrimas fueron recibidas por la
alfombra
-me prometiste que te tendría conmigo siempre. Fuera de
ello todos estos años contigo para explicártelo mejor, dijo ella con el corazón
en la mano, y ahogándose en llanto pues el dolor le estaba matando el pecho “mi
corazón es tuyo” dijiste, “te amare toda la vida” prometiste, “debes cambiar”
me exigiste, “no lograras nada” afirmaste, “aun me amas” preguntaste, “a pesar
de todo, siempre lo hare” te respondí.
El le tomo la mano y le pregunto -¿aun es así?
-siempre lo será, así ya no sea el amor de tu vida
-tu si fuiste el amor de mi vida
-lo fui, supongo que ese pedestal ya es de alguna doncella
mas
-no supongas eso, dijo el empalado en vergüenza
-no lo supongo, lo afirmo. Ella le beso los labios secos a
el, le soltó la mano y cerro la puerta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario