Sentencia oscilante la que
guardas en ese par de ojos gigantes, par de piedras negras volcánicas, como con
ese iris tan bruno, atezado, y oscuro, vez las luces de esta urbanidad fluorescente,
unos cabellos extremadamente oscuros te
cobijan la piel por completo, una piel con sabor a copal, entre inciensos de humo blanco, se
distingue de nuevo una figura oscura que
te descubre desde el rincón donde siempre te apoyas, frente a ti, una cerveza
oscura, la sensualidad sobre protege tu interioridad calmada y mansa, como solo
tu sabes cubrirla. Y como dejar de lado esa piel de roble, perfecta para añejar
los mas deliciosos licores de fulgor…
Quemo frente a ti las varas de
copal, que al calor de tus sudores se evaporan, la exudación producida por tu mística,
me oculta la realidad que nos rodea, una realidad falsa, confundidos por la presión
de la resina, te inspiras a volar en notas musicales, dejándote extraviar por
tu música envolvente, una rebeldía aromática , “mirando al mar” de tus
pensamientos solo me entero que no tengo mas que dudas, pues tu complejidad es
exquisita, “siempre traes” la condensación absurda de abstención, deja que te
fume como un porro de fantasía, explotando
en mil colores abstractos, deseos imprecisos
, y un hambre indefinido. Bruchevelle proclamado artista y
triunfador, Le bruje apodado, Javier bautizado, y por mi idealizado.
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